La mayoría de países de Latinoamérica posee un Estado débil, con normativas ambiguas donde la legalidad o ilegalidad no es del todo clara. Muchos casos se encuentran en medio de las mismas. Por lo tanto, según Repensando la Informalidad (2014), la informalidad no debe ser entendida mediante una conceptualización dualista, desde un urbanismo ortodoxo que categorice; debe ser re-pensada y re-definida mediante una nueva narrativa, entendiéndola como porosa, de carácter múltiple, incierto y mutable, en un contexto diverso y heterogéneo donde existen diversas interrelaciones en las producciones y manifestaciones sociales.
La economía informal en Latinoamérica es una de estas manifestaciones. La concentración de comercio en las calles y espacios públicos ligados a mercados o terminales de trasporte es algo común en sus ciudades. Casos como “La Merced” en México, el mercado público de Barranquilla y el mercado de “Montería” en Colombia, son algunos ejemplos de “informalidad” que existen en la región.
Los mercados públicos a través de la historia han formado parte fundamental de la vida de las ciudades, desde las estoas en el ágora griega, los foros romanos o las diversos plazas en las ciudades europeas, asiáticas y prehispánicas. En Latinoamérica, en la mayoría de ciudades de fundación española, destaca la plaza mayor. Espacios que casi siempre están ubicados en el centro de la vida cívica y pública de la ciudad.
Las ciudades, pensadas y planificadas tras un proceso incluyente, mediante la coproducción del espacio/territorio, tienen el potencial y capacidad de ser un catalizador no solo económico sino de oportunidades de desarrollo a nivel integral. Los mercados públicos son en este sentido un contenedor de actividades, flujos, redes y lazos en la vida pública ciudadana.
El sector comercial “La Democracia” se compone por 23 manzanas ubicadas en el área central de la ciudad de Quetzaltenango en Guatemala, este sector se ha convertido en buena medida en el corazón de la ciudad. Siendo la más importante de sus 3 centralidades, junto al Parque Central y el sector de Minerva. Un tercio de la población hace uso de este sector para actividades diversas, alberga tanto equipamiento público como comercial, educativo, industrial y religioso, con muy poca presencia de vivienda. Por su posición central es una zona obligatoria de paso y de destino.
Esta concentración y posición estratégica otorga el marco perfecto para un gran crecimiento comercial sostenible. Sin embargo este crecimiento no ha sido acompañado por una infraestructura adecuada. El mercado es un edificio que tiene más de 50 años, quedando obsoleto desde hace ya más de 20 años. Sin una estructura adecuada, el comercio y su inevitable crecimiento han tomado las calles. El mercado ambulante surge de dicha combinación: del abandono institucional y el aumento de flujos económicos en una posición privilegiada pero descuidada de la ciudad.
Esta propuesta trata de abordar la zona comercial de “La Democracia” desde sus mercados: el Centro Comercial La Democracia, el mercado de artesanías Rosmo, predio Richter y el mercado ambulante, desde una perspectiva distinta, partiendo desde su complejidad, su forma, su morfología y sobre todo, de su componente humano y social. De tal manera se plantean respuestas que surgen de las charlas, pensamiento y reflexiones con los líderes y miembros de las distintas partes del mercado.
El desarrollo de la intervención se plantea en seis fases, proyectadas en 6 años, resolviendo desde los problemas inmediatos como el control del crecimiento del ambulantaje, los drenajes y el manejo de desechos, hasta el desarrollo de los nuevos equipamientos públicos y de mercado que puedan albergar a los vendedores ambulantes, culminado con intervenciones urbanas.
El proyecto plantea alianzas públicas y privadas, pero sin olvidar la cooperación de los sindicatos del mercado, tanto en los proceso de gestión como en los permisos y fondos.
El impacto visualizado por ser ésta la centralidad más importante de Xela beneficiaría a toda la ciudad, ya que sería un desahogo de los mercados olvidados por décadas, configurándose como un lugar digno tanto para vender como para comprar. Resolvería además los problemas de tráfico que provoca actualmente el mercado ambulante, con lo que se devolvería a la ciudad 14,000m2 de espacio público en áreas verdes, plazas y ciclo rutas. Los equipamientos educativos, religiosos y comerciales serian mas accesibles, la zona podría albergar de nuevo vivienda y recuperar así la seguridad. Además de itinerante, el sector del mercado, aglomeraría biblioteca, guarderías, centros comunitarios, plazas y zonas de juegos.
EL NUEVO MERCADO Y EL MODULO CULTURAL:
El mercado devuelve a la ciudad 14 mil metros cuadrados al proporcionar un recinto al mercado ambulante, cuenta con una plaza versátil de 6mil m2 capaz de albergar tanto a mercados móviles, basares navideños, arte, teatro, y cualquier actividad lúdica y cultural, entre otras actividades como promocionar productos internos del mercado y tener una agenda itinerante que la convierte en un destino en si misma.
El programa se desarrolla a partir de las áreas que posee actualmente el mercado tanto ambulante como el Centro Comercial, se desarrolla en la medida que se recorre la plaza vertical, el mercado funge como un continuador de la plaza, de la calle, de la ciudad.
Las circulaciones tanto por dentro como por fuera dotan al mercado de apertura hacia la ciudad siendo posible observarla mientras se recorre, esta disposición genera una gran iluminación natural y un espacio diáfano, la estructura de código abierto es transformable y expandible.
El mercado y su plaza vertical fungen como un espacio urbano un recorrido en vertical totalmente abierto hacia la ciudad, sin barreras, y con espacio publico interno que culmina con un huerto urbano de productos orgánicos.
El modulo cultural Además de proporcionar un recinto provisional para los actuales vendedores del mercado interno (centro comercial) durante el desarrollo del nuevo mercado, funge en su reprogramación como un espacio cultural, itinerante alberga una biblioteca, guardería, áreas de organización comunitaria, un salón, capacitación y talleres, centro de emprendimiento, y otras áreas educativas, siendo la educación, capacitación, tecnología y la cultura los eje fundamentales, entendiéndolos como capaces de romper los procesos de informalidad.
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